¿Te crees mejor por tener un pelo bonito, una cara bonita, un cuerpo de escándalo y unos cuantos babosos detrás de ti?
Pues a llegado la hora abre los ojos.
¿Qué te ven? Un envoltorio de maquillaje, ropa, extensiones y pestañas postizas. Nadie llegará jamás a enamorarse de la parte más importante de ti, tu interior. Y tú mientras, ¿qué haces? Utilizar calificativos denigrantes contra otras personas, cuando eres la primera que huye de que le ocurra eso con potingues.
La dignidad la perdiste, el mismo día que insultaste a alguien por ser como es realmente.
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