Un dÃa me verás llorando arrastrada por los suelos, y al siguiente dando saltos de alegrÃa. Por las mañanas puedo ser la persona más antipática que conozcas y por las tardes una dulce niña, sin ninguna maldad. Con el paso del tiempo verás que soy de extremos opuestos, que conmigo es blanco o negro, que el gris para mà no existe. Observarás que apuesto mi vida por conseguir lo que realmente merece la pena para mÃ. Que cuando lloro, lloro hasta soltar la última lágrima, y que cuando rÃo, sale toda la fuerza en cada carcajada. Que cuando me enfado todo el mundo adora mi cara. Que cuando grito, me quedo afónica, pero tranquilos se vivir esos momentos tan pequeños que hacen de la vida algo enorme, y perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario